La República Checa ha cambiado mucho, a nivel geográfico y cultural, en los últimos años. Anteriormente, el país se regía por el sistema comunista y en la actualidad es el país de Europa Central y del Este que mayor índice de desarrollo humano registra, además de ser uno de los países más pacíficos y democráticos de toda Europa.
Lo más característico de la República Checa son sus hermosos castillos y palacios de la época medieval pero su agricultura se subestima a menudo. Las regiones de Moravia y Bohemia cuentan con unos excelentes viñedos los cuales generan unos vinos de calidad suprema. En las regiones de Český Krumlov y České Budějovice, sin embargo, es donde podemos disfrutar de la arquitectura medieval más reconocida.
Praga es la capital del país y un ejemplo de la cultura y arquitectura del país. Los edificios están muy bien conservados y podremos encontrar algunos de estilos tan diferentes como el barroco, el gótico, el romántico o el renacentista. Un ejemplo es el Puente de Carlos, situado sobre el río Moldava, y que es uno de los iconos de esta elegante ciudad.
Qué hacer en la República Checa
En cualquier rincón de la República Checa, te envolverá la magia de su paisaje. Su belleza natural, sus castillos de cuento y su rica historia te harán sentir que has hecho un viaje al pasado y estás en otra época.
Praga debe ser una de tus prioridades si visitas el país. Solo paseando por sus calles adoquinadas serás partícipe de todos los secretos que guarda. Se le denomina Ciudad de la Cultura por la cantidad de eventos culturales que ofrece y por la excelente conservación de los lugares de interés como el Castillo de Praga o el Malá Strana, el distrito más antiguo de Praga, repleto de edificios barrocos.
Fuera de la capital, el segundo punto en la lista de imprescindibles, es la ciudad de Třeboň, en la región de Bohemia, que es Reserva de la Biosfera y un lugar ideal para practicar senderismo y ciclismo. Por otro lado, te recomendamos que visites las colinas de Cesky Raj y pasees por sus senderos que atraviesas bosques inmensos de pinos y ruinas medievales.
Qué comer
La gastronomía de la República Checa es una mezcla de las influencias de las cocinas de los países vecinos como Polonia, Alemania, Austria y Hungría. Por lo tanto, la dieta se basa principalmente en la carne y una gran cantidad de guisos usan la de cerdo o pato como ingrediente principal, acompañados de chucrut y albóndigas de pan, la knedlíky houskové.
Entre los platos que no puedes dejar de probar está el Svíčková na smetaně, un solomillo en salsa, la utopenci, una salchicha picante con pan en forma de perrito caliente, las knedlíky ovocné, albóndigas de fruta y, por supuesto, todo ello acompañado de la cerveza checa por excelencia, la pivô.
Clima
El mejor momento para visitar el país es a finales de primavera o principios del otoño, en los meses de mayo, junio o septiembre, cuando las temperaturas medias son más agradables. Los meses más calurosos del año son los de julio y agosto, y cuando más visitas tiene el país, con unas temperaturas medias de unos 18ºC. El mes más frío del año es el de enero, mes en el que las nevadas son frecuentes y las temperaturas medias rondan los -1ºC. El otoño es una época estupenda para visitar el país pues aún no hace demasiado frío y el paisaje es precioso, con las hojas de los árboles formando un manto cobrizo sobre el suelo.
Cómo llegar a la República Checa
La forma más sencilla y rápida de llegar al país es por aire. Aunque hay varios aeropuertos en el país, como el de Ostrav o el de Brno, el punto de entrada más común es el aeropuerto de Praga con un tiempo de vuelo de menos de tres horas desde diversos aeropuertos españoles. Numerosas compañías aéreas de bajo coste tienen vuelos diarios hasta Praga y podrás conseguir un billete de avión desde unos 200€.
Sin embargo, el viaje en tren, aunque más largo, es muy bonito. Trenes de alta velocidad conectan con ciudades como Colonia y Ámsterdam y desde aquí podrás coger una conexión con Praga.
En ambos casos, para poder llegar desde el aeropuerto o la estación hasta tu alojamiento en Praga, te aconsejamos que reserves con suficiente antelación un traslado con Shuttle Direct. Nuestros conductores locales te llevarán directamente hasta tu alojamiento y podrás relajarte y disfrutar del viaje.
Lo que no te puedes perder de la República Checa
- En Praga, una vez visitados los lugares más comunes como el Castillo de Praga, el Reloj Astronómico y el Puente de Carlos, te proponemos una visita a un sitio algo más inusual, el Osario de Sedlec, una pequeña capilla católica.
- La cerveza artesanal checa es mundialmente conocida por su calidad y sabor. Si quieres probar la mejor del país, visita Zly Casy, en Praga, el lugar preferido por los amantes de la cerveza.
- Uno de los monumentos religiosos más venerados y emblemáticos del país es la Catedral de San Pedro, situada en la antigua ciudad de Brno. Es, además, uno de los ejemplos de la arquitectura barroca en Europa.
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